Colombia se consolida como el laboratorio del retail más innovador de América Latina

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Este artículo fue elaborado por el equipo de Food Retail Italia, representante oficial de las ferias internacionales Cibus y TuttoFood Milán en América Latina.

La transformación del mercado colombiano del mass market retail en la última década es una de las más profundas de toda América Latina. Su evolución se ha desarrollado en tres ejes fundamentales: la modernización de la red de distribución, la redefinición de los modelos de consumo y la rápida consolidación del formato discount como protagonista del sector.

El año 2025 marca un punto de madurez. El canal hard discount, liderado por D1, Ara e Ísimo, concentra cerca del 40% del mercado, una proporción impensable hace apenas unos años. La expansión de estos operadores ha sido impulsada por una combinación de factores estructurales: el limitado poder adquisitivo de buena parte de la población, el aumento del costo de vida y la capacidad de los discounters para construir una red logística eficiente y de alcance nacional. El resultado es una penetración del 99,5% de los hogares colombianos, un nivel que convierte al descuento no solo en una opción de compra, sino en un verdadero hábito social.

En paralelo, los supermercados tradicionales y regionales – Éxito, Olímpica, Colsubsidio – mantienen una posición relevante (alrededor del 30% del mercado), apostando por un surtido más amplio, programas de fidelización y servicios de proximidad. No obstante, la presión competitiva ejercida por los discounters obliga a estos grupos a una revisión profunda de sus modelos operativos: se invierte en digitalización, programas de lealtad dinámicos, comercio electrónico y logística integrada, con el objetivo de proteger la rentabilidad y conservar la relación con las familias urbanas de ingresos medios.

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El formato hipermercado, que en su momento representó la modernidad del retail colombiano, hoy cumple un papel más limitado. Cadenas como Alkosto, Jumbo y Makro han orientado sus esfuerzos hacia modelos híbridos y mayoristas, dirigidos tanto a consumidores de alto volumen de compra como a pequeños comerciantes. Este segmento, junto con el canal mayorista, representa otro 20% del mercado, consolidando una tendencia hacia la polarización entre conveniencia extrema y valor por volumen.

Desde el punto de vista macroeconómico, el crecimiento del retail colombiano refleja la evolución positiva del PIB nacional, que ha mantenido su dinamismo pese a las presiones inflacionarias. El valor total de las ventas en la categoría supermercados alcanzó en 2024 los 76,7 billones de pesos colombianos (unos 19.600 millones de dólares), triplicando los niveles de 2013. Es una señal de que el consumo interno continúa siendo el principal motor de la economía del país.

Otro elemento clave de esta transformación es la reconfiguración del mapa empresarial. La retirada progresiva de los grupos franceses – Carrefour hace varios años y Casino en proceso de salida del continente – ha abierto espacio a operadores regionales más ágiles y con estrategias centradas en la sostenibilidad económica. Jerónimo Martins, con su enseña Ara, se ha convertido en un caso emblemático de gestión gradual y adaptada al territorio: inversiones prudentes, escucha activa del consumidor y una sólida red de proveedores locales. El grupo portugués ha demostrado que la humildad estratégica puede ser una ventaja competitiva duradera.

Las consecuencias de este proceso son notables. Por un lado, la modernización ha reducido drásticamente el peso del comercio informal, llevando a una concentración inédita de las cuotas de mercado. Por otro, ha impulsado la consolidación de empresas nacionales que se fortalecen patrimonialmente y se integran cada vez más en las cadenas de suministro regionales. Algunas de ellas ya comienzan a exportar su know-how y modelos operativos a otros países andinos, una señal de que Colombia ha dejado de ser un mercado emergente para convertirse en un verdadero laboratorio de innovación en retail.

De cara a los próximos años, el desafío será equilibrar crecimiento y rentabilidad. La expansión territorial de los discounters ha alcanzado un punto de saturación en las zonas urbanas, lo que impulsa nuevas inversiones en áreas rurales y ciudades intermedias. Al mismo tiempo, la transformación digital, aún incipiente, se perfila como la próxima frontera: los pagos contactless, el análisis de datos de consumo y la inteligencia artificial aplicada a la gestión de inventarios están rediseñando toda la cadena de valor.

El mercado colombiano del mass market retail entra así en 2026 como uno de los más interesantes y competitivos del subcontinente: concentrado pero dinámico, con operadores regionales en expansión y un consumidor cada vez más informado y sensible al precio. Un ecosistema que, como sucedió en Europa hace dos décadas, está sentando las bases de un nuevo ciclo de consolidación e innovación.

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